lunes, 11 de agosto de 2008

Sábado 9 y Domingo 10 de Agosto de 2008






Ribadesella –La Cuevona - Cangas de Onís – Covadonga – Los Lagos – Picos de Europa

Levantamos temprano, hemos tomado el desayuno y preparamos la comida para el mediodia. Desmontada y recogida la carpa, todo los demás en sus respectivas mochilas bajamos al auto. Desde el auto nos fuimos en dirección a la Cuevona, parando previamente en la iglesia de San Junco donde , además de contemplar su belleza arquitectónica del Siglo XVII, vimos al mismo tiempo desde lejanía como pasaban las canoas en competición por el descenso del Sella. Tras tomar las fotografías nos fuimos en dirección a la Cuevona, donde a la llegada nos quedamos impresionados por sus abundantes escalamitas y, sobre todo, por que probablemente Marite nunca vió un camino que atraviese sobre una cueva formada totalmente natural.

Luego de tomar las fotos de la Cuevona, nos acercamos a Cangas de Onís. En Cangas de Onís se destaca un Puente Romano donde brilla más la cruz de Asturias. Hicimos las provisiones para mañana en un supermercado para el resto del día de mañana. Continuamos la marcha en auto.

Llegada a Covadonga, tras el almuerzo del mediodia, lo primero que se llamó la atención es la catedral de Covadonga y la cueva donde en su interior reside la Santina, la virgen de Covadonga, donde descansa la tumba del rey Pelayo. No hubo rayaduras en ningúna parte de Covadonga, pues quizá debe ser porque es un lugar santo y nadie se atreve a estropear el lugar santo, la casa de Dios, por sus temores a la represalia sobre las vidas de los gamberros. Hicimos la visita prácticamente todos los rincones de Covadonga hasta las 8 de la tarde, hora que nos permiten subir en auto a los picos de europa y visitar a los dos lagos: Enol, la más grande, profunda y estable en volumen; y La Ercina, la más inestable en volumen y está sujeta a las variaciones de las estaciones del año, siendo más pequeño en verano y grande en invierno.

Por la ruta de Vega de Orio, donde comienza justo al lado del lago de la Ercina, intentamos adentrar en los picos de Europa para buscar un sitio donde acampar y montamos la carpa prácticamente en oscuridad. Sobre las 3 de la madrugada salimos con los sacos de dormir para contemplar a la intermperie, a pesar del frio tipico de las alturas durante la noche, pudimos observar con tranquilidad en el firmamento: las estrellas, el cruce de dos aviones, el movimiento de los satélites y las estrellas fugaces. Prácticamente no hemos dormido nada, hasta que el amanecer nos invitó a desmontar la carpa y recoger todas las pertenencias para el regreso directo a Arnao, puesto que el cansancio nos venció y nos impidió visitar Villaviciosa, la cuna de la sidra.

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