martes, 19 de agosto de 2008

Lunes 18 de Agosto de 2008

Paris


"La única verdad es la realidad"
Aristóteles (384 a.c. - 322 a.c.), Filósofo griego

Tercer Día

Me levanté temprano porque deseaba hacer un tour en castellano previsto para hoy a las 11, en la plaza de Saint Michel, en frente de la Iglesia de Notre Dame de París, como punto de referencia del comienzo del tour.


El mejor sistema de transporte para llegar a la plaza es, lógicamente, el Metro. Durante el trayecto, al efectuar una escala me encontré con la sorpresa de que la línea siguiente que llevaría a la plaza de Saint Michel está cerrada por obras. Me acerqué a la Oficina de Información del Metro, fui atendida, gentilmente, por un empleado francés y me facilitó todas las instrucciones precisas para llegar a mi destino en autobús.


Al tomar el autobús conocí casualmente a mi primera compatriota Chilena. Llevaba escasos días en Francia y en estos momentos estaba buscando un trabajo, puesto que está casada con un ciudadano francés. Mientras el bus recorría por las calles parisinas, le comenté a mi compatriota que en Francia lo encontraba caro, a lo que me respondió con un toque de sonrisa que solo los lugares turísticos eran son así pero que podría encontrar más baratos, o incluso más que en mi país, en los centros comerciales periféricos y alejados del centro. Como ejemplo, por 9.000 pesos chilenos se podían encontrar zapatos de mejor calidad comparando a los que venden en Chile por el mismo dinero e incluso más baratos en algunos casos muy concretos y de buena calidad.


Tan entretenida estuve mientras conversaba con mi compatriota no percaté la parada que debía bajar y el bus rebasó la plaza de Saint Michel. No tuve otra solución que bajarme en la parada de un centro comercial y hacer el cambio de bus para retomar a la plaza de Saint Michel. Desgraciadamente llegué con retraso y el grupo del tour ya se habían iniciado la marcha y desaparecieron de la plaza de Saint Michel.


Fig. 1: Maquetas de la Catedral Notre Dame de París

¡Mala Suerte! - exclamaba para adentro. No importa, decidí aprovechar el resto del día para apreciar la belleza artística de la Catedral de Notre Dame de París. Me situé en la cola y esperé una hora y media mi turno para subir a sus torres, tomar fotos a sus Quimeras sacar fotos el paisaje a la ciudad y vídeos desde el campanario. Tampoco dudé en sacar las fotos y vídeos del interior de la Catedral, especialmente sus preciosas vidrieras, capilla y figuras de santos.


Fig. 2: Superior, derecha e izquierda. Fachada externa de la Catedral Notre Dame de París. Inferior derecha, estatua con pedestal inmediato a la catedral; derecha, abuelo dando de comer a las palomas que se acercaron a la catedral.


Fig. 3: Tumba del Obispo Maurice

Volví a hacerme la cola y casualmente conocí a una argentina y una familia española muy simpática, con los cuales decidí quedarme para el resto del día. Logré ahorrarme 3 euros de la tarifa normal (costaba 7,5) porque le había dicho que tenía 20 años y, sin pedir documentación alguna, se lo creyeron. Se rieron a carcajadas mis amigos españoles, ya que ellos también les hubiese gustado pagar menos, pero no tuvieron otra opción que pagar la tarifa normal.



Fig. 4: Izquierda y derecha, vistas de lateral y posterior de la Catedral, respectivamente




Fig. 5: Mercadillo, venta de materiales, libros y recuerdos relacionados con la Catedral de Notre Dame de París.



Fig. 6: Vista desde lo alto en una de las torres de la catedral, en la que se observa de fondo gargolas y estatuas.

La Catedral es, en conclusión, preciosa, grande y para llegar a una de sus campanarios sus escaleras puede llegar a tener 380 peldaños aproximadamente, donde, históricamente, el Obispo Maurice de Sully colocó la primera piedra de Notre Dame de París en 1163, que fue el momento que inició construcción de este ambicioso proyecto y duró cerca de 200 años en terminarla. Sus gigantescas dimensiones (sus torres culminan a 69 metros), no tuvo rival ni siquiera las catedrales de Amiens y de Remis, construidos en la década de 1230. Sin duda, Notre Dame de París fue el mayor edificio religioso occidental hasta mediados del siglo XIII.



Fig. 7: Desde lo más alto de la torre de la Catedral se puede contemplar unas preciosas vistas del parís, en la izquierdo y del río Sena, en la derecha, respectivamente.




Fig. 8: Campana de la Catedral Notre Dame de París, en el campanario de la torre más alta.

Tras ver toda la catedral al milímetro, me puse en rumbo a la iglesia Saint Chapelle. Pero no sirvió de nada porque era necesario tener una reserva con al menos dos semanas de antelación para entrar. Seguí en el camino y llegué a la plaza de la Victoria, donde encontré la torre de Saint Jacques. Tras sacar las fotos interesantes de la torre me acerqué a las tiendas comerciales y me llamó poderosamente mi atención por sus escaparates bellamente ordenadas con artículos interesantes, además de económicos, algunos de los cuales me gustó y me entró ganas de comprarlas. Tras vitrinear llegué al albergue agotada y casi sin fuerzas. Me acosté a las 8 de la tarde.

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